3J Rumbo a Ísland. Azules y rosas.


Rumbo a Ísland
Azules y rosas

Nuestro primer día de vacaciones transcurre volando rumbo a Ísland.
Es lunes por la tarde. Viajamos de Loiu a Reykjavik, vía Barcelona. Facturamos el equipaje, una maleta grande, desde Loiu hasta Keflavik. Y en cabina llevamos dos trolleys con lo fundamental , por si nos pierden el equipaje.

Bilbao-Barcelona
Primero, un vuelo corto de hora y veinte minutos desde Bilbao a Barcelona.
Después, tenemos la conexión en una hora y el vuelo Barcelona-Keflavik dura 4:15 h.
Una distancia aproximada de 4.500 Kms. entre Bilbo y Keflavik.


Barcelona

Cenamos en el avión. Así el vuelo es más entretenido.
Con el cambio horario ganamos 2 horas, lo cual nos viene muy bien porque tenemos previsto viajar de Keflavik a Reykjavik, a 40 kms, donde pasaremos la noche.



Barcelona-Keflavik
En Keflavik, en el mismo aeropuerto, recogemos el coche de Avis. Amplio y confortable y con buen maletero, lo que nos permite viajar con todo el equipaje cómodamente. En varias de las ocasiones solo pasaremos una noche en cada hotel, por lo que hemos decidido llevar una maleta grande con la ropa de reserva que dejaremos casi todas las noches en el coche y dos trolleys con todo lo necesario que llevaremos cada noche al hotel.
                
Nubes
Ísland
 


Nos dirigimos a Reykjavik, a 40 km de Keflavik, al Fosshotel Lindt.
Habitación correcta, funcional, con baño completo y vistas a la catedral.


Catedral de Reykjiavik

Pronto nos damos cuenta de que no se hace de noche nunca. Pero tenemos que intentar dormir porque nos espera un día muy intenso. Haremos la ruta Reykjavik - Reykholt, visitando varios lugares interesantes, pero sobretodo, porque visitaremos el interior del glaciar Langjökull, el segundo glaciar más grande de Islandia. Comienza nuestra aventura.


Azules y rosas



4J De Reykjiavik a Reykholt. Into the glacier Langjökull. Fumarolas y cascadas. Negro, blanco y azul.


De Reykjiavik a Reykholt. Into the glacier Langjökull. Fumarolas y cascadas.
Negro, blanco y azul.

 



Hvalfjardarsveit


Dejamos el Fosshotel Lindt de Reykjavik para salir camino de Reykholt, hacia el norte. Atravesamos el fiordo de Hvalfördur por un largo túnel de peaje.
Enseguida comenzamos a ver fumarolas que rompen el verde del paisaje del valle. Se trata de Deildartunguhver.


Deildartunguhver

Es el manantial de aguas termales más grande de Europa. Aguas que en algunos puntos brotan a la superficie en forma de fuentes, a temperaturas superiores a los 100° y en otros, discurren por ella como riachuelos. Lo visitamos. Es espectacular.


Kleppjárnsreykir

Continuamos para llegar a las cascadas de Hraunfossar y Barnafoss.
Son majestuosas. La de Hraunfossar brota, como de la nada, formando multitud de fuentes que parecen salir de un inmenso terreno de lava.


Hraunfossar


La de Barnafoss tiene una historia trágica: Dos niños cayeron en la cascada al cruzar un puente de lava que unía a las dos orillas del río. La madre desesperada rompió el puente para que a ningún otro niño le pasara lo mismo.


Barnafoss


Continuamos viaje porque tenemos que visitar el glaciar Langjökull. Nos acercan en una lanzadera desde Husafell hasta el campamento base, punto de partida de los camiones oruga que nos llevarán hasta el interior del glaciar. Nos proporcionan monos térmicos y crampones, y empezamos la aventura.


Langjökull


El viaje desde el campamento base tiene dos etapas diferenciadas. La primera, por un camino de piedras con fuertes pendientes. El paisaje parece lunar y se ven discurrir los ríos que bajan del glaciar.


Langjökull

La segunda comienza cuando llegamos al glaciar, toda su superficie está blanca, llena de hielo y nieve. Desde este punto hasta la entrada del glaciar hay una distancia de unos 10 kms Las condiciones meteorológicas son bastante buenas pero esto puede cambiar en dos minutos. Ahora todo es blanco.

Langjökull

Llegamos por fin a la entrada del glaciar Langjökull.
Inspirados por Julio Verne tratamos de llegar al centro de la tierra pero, como somos de Bilbao, hemos elegido otro glaciar para entrar. El segundo más grande de Ísland.



Entrada a Langjökull


En el interior recorremos un laberinto de túneles excavados en el glaciar. 


Túneles en Langjökull

Ahora todo es hielo de distintos colores. En las distintas capas de hielo de las paredes se puede leer la historia de la isla, las erupciones volcánicas etc...
Vemos también algunas grietas naturales.


Recuerdo de Langjökull


Canto en la capilla, para mí, porque en alto no me atrevo. El guía canta para todos. Hay una acústica fantástica.



Into the glacier Langjökull

Salimos del interior del glaciar y en el viaje de vuelta al campamento base el tiempo empeora. Socorremos a unos turistas que habían roto la rueda del 4x4 en una grieta. Todo es blanco y negro.



Volviendo al campamento base



En el campamento base nos ponemos de nuevo nuestras ropas y regresamos en lanzadera hasta nuestro vehículo en Husafell.
La aventura ha merecido la pena.

Langjökull


Desde Husafell volvemos sobre nuestros pasos, disfrutando del paisaje. La visita a las cascadas por la mañana ha sido muy breve ya que teníamos que llegar a la hora convenida con los guías para la visita del glaciar.


Borgarbyggd

Volvemos a visitar las cascadas de Hraunfossar y Barnafoss para hacer fotos con más calma.
Hraunfossar


Hraunfossar

Salimos para Reykholt, y al llegar disfrutamos de un merecido descanso.
Vinito blanco de aperitivo(10 euros la copa) y Cena en el FossHotel: Sopa de langosta, salmón y bacalao. Cocina bien elaborada y buena presentación.



 



Habitación muy buena, muy amplia, limpia , moderna y funcional. Cama king size. Vistas a las iglesias y al cementerio de Reykholt.

Reykholt


Lupinus

El Lupinus cubre grandes extensiones de terreno en Islandia. Fue importado de Alaska en los años 40. Regenera la tierra fijando el nitrógeno al suelo. Es un buen fertilizante natural, pero tiene sus detractores por ser una especie invasora. En los meses de  Junio y Julio sus flores llenan de azules la isla.

5J Por la península de Snæfellsnes, tras el rastro de Julio Verne. Verde infinito y negro.


Impresionados por la grandeza y la belleza de estas tierras.
Los paisajes no caben en las fotos. Ni tampoco caben las sensaciones que se experimentan al verlos y al vivirlos.
¡Que pequeños somos y que planeta teníamos o tenemos todavía!?





Salida de Reykholt hacia la península de Snæfellsnes.
Parada en Borgarnes. Llegamos por un largo puente al puerto. Vistas del pueblo y playa.
Seguimos camino por la carretera 54 rumbo a Snæfellsnes.
A 107 km del hotel encontramos un cruce en el que nos adentramos ya en el parque Nacional de Snæfellsnes.


Península de Snaefellsnes
Kilómetros de praderas verdes llenas de riachuelos y lagunas, salpicadas de alguna que otra granja y rodeadas por una cadena de oscuras montañas, algunas aún cubiertas de nieve, de las que emanan multitud de cascadas.
Verde, negro y blanco!




Tras las montañas se encuentra el glaciar de Snæfellsjökull y en su interior el volcán del mismo nombre en cuyo cráter situó julio Verne la entrada al centro de la tierra, guiado por un texto islandés del siglo XVI.


Snaefellsjökull

Parque nacional de Snaefellsnes


Visita a la cascada de Bjarnarfoss, impresionante. Las vistas son espectaculares.




Recomendamos llegar como mínimo hasta el puentecillo de madera. También existe una mesa en donde poder hacer picnic.

Bjarnarfoss
Continuamos camino y efectuamos varias paradas en las que nos enteramos de un par de leyendas islandesas: la de Axlar-Björn y la de Bárdur Snaefelsás.


The huge statue of Bárður Snæfellsás




La majestuosidad y belleza de estos paisajes nos ha cautivado.



Raudfeldar canyon



Parada en Búdir, campos de lava cubiertos de liquen, musgo y hierba . Cuevas en la lava.






Parada en la iglesia negra de Búdir, al fondo se ve la playa y el mar verde. Precioso.


Iglesia de Búdir


Atravesamos un impresionante valle verde que termina en el mar para visitar los acantilados de basalto entre Arnarstapi y Hellnar.

Arnarstapi


Formación rocosa de Longdrangar y campos de lava. Me recuerda a Lanzarote.


Lóngdrangar rock
   

Comida junto a barco varado en Olafsvik.




Seguimos camino a Grundarfjordur. 

Monte Kirkjufell 



El camino que bordea la península de Snæfellsnæs es una hilera interminable de cascadas por donde desagua el glaciar.
Visitamos una espectacular la de Kirkjufellsfoss.

Kirkjufellsfoss

Pequeñas compras en el Supermercado Samkaup en Grundarfjördur, pueblo pesquero. Tras repostar, seguimos viaje. Mas cascadas, Grundarfoss.


Monte Kirkjufell 


Continuamos por la ruta 54 y el paisaje vuelve a cambiar.
De nuevo paisaje lunar, lava, líquenes y algunas pequeñas plantas de colores. 




Al fondo miles de islas. Bjamarhofrn.

Bjamarhorfrn

Seguimos nuestro camino y el paisaje vuelve a cambiar. antes de llegar a Stykkisholmur.  Montañas negras parcialmente cubiertas de nieve.


Stykkisholmur es un bonito puerto pesquero rodeado por altas montañas nevadas y millares de islas.


Stykkisholmur


Cena en Sjavarpakkhusi, restaurante marinero en una casita negra en el puerto: sopa de pescado y bacalao ahumado y de segundo, Blue Musels. Muy recomendable. 12.580 K

Restaurante Sjavarpakkhusi

Bacalao ahumado

Blue mussels

Regreso a Reykholt por el interior: Vegamot, Borgarnes y al Fosshotel de Reykholt. Una de las ventajas de esta época del año es que no se hace de noche y podemos viajar tranquilos y regresar al hotel justo para dormir.


Campos cubierto de Lupinus

Iglesias y cementerio de Reykholt